martes, 17 de enero de 2012

JUNTOS Y REVUELTOS POR EL ORO

A Guillermo Villanueva Pinto y Carlos Falconí Pineda

GUILLERMO Y CARLOS: más motivado por la tristeza que por el malestar que me puedan ocasionar, me siento un tanto impulsado a escribir estas líneas, con el propósito de conservarlas unos años mas -no muchos- y volver a contemplar este repulsivo panorama cuando ya el tiempo pase, aconseje y determine.

Uds. dos han cometido el más terrible de los crímenes : EL ROBO Y TRAICION A UN AMIGO y no a cualquiera, sino a un amigo con el que se ha tenido una relación por cerca de 40 AÑOS : 25 años en una empresa, sumados a los 15 años en esa aventura que se llamó SEPESA, en donde fui yo uno de los más entusiastas fundadores y quien prácticamente -con Emilio Cassina- escogimos a los que al final quedamos.

Lo extraño y doloroso de este repudiable acto es que una patológica inclinación al dinero los haya empujado a cometer este exabrupto moral, hasta el punto de no afectar tan solo a aquellos a quienes por alguna razón injusta atacan, sino incluso a ensañarse con sus seres queridos. Yo acepto cualquier ataque, ya sea del actor material como de los actores intelectuales de los hechos, simplemente porque ya sabré como defenderme en la oportunidad y medios que me agencie. Sin embargo, el arrastrar en este lío a la familia, a tu propia hija, conocida por todos Ustedes desde bebé e incluso ahijada de uno de los socios... simplemente no tiene perdón. Todos Ustedes: Tú Guillermo y tú Carlos tienen hijos y yo ruego a Dios que ellos no pasen nunca por una circunstancia como esta donde se compromete a toda la familia. Ruéguenle a Dios también Ustedes,  porque su brazo todopoderoso de es muy largo y nunca hay crimen sin castigo.

Ya en los hechos, tanto Ustedes como yo sabemos perfectamente que todo este sainete sin sentido obedece a una sola razón obvia: apoderarse del dinero de los otros.
 El fracaso del Arbitraje planteado a Telefónica ante la Cámara de Comercio de Lima, donde se esperaba recibir 20M de soles y apenas culminó con 650,000 soles después de largas luchas y esfuerzos económicos de todos -unos más que otros- despertó la angurria de unos cuantos encabezados por ti Carlos, y manejado - claro está- por mentes "brillantes" pero igual de desviadas, obsesionados  por apoderarse, entre algunos cuantos, del total del dinero que correspondía a todos. Cierto: para hacerlo había que distraer a los demás como sea...de ahí la inopia de las demandas policiales.

 Recuerden, Carlos Y Guillermo, que un 26 de Noviembre del 2009, en mis Oficinas del Casino de Miraflores, en la oportunidad en que se elaboraron y firmaron las letras y los contratos de préstamo de socios para financiar el Arbitraje, yo recogí mis documentos afirmándome, Ustedes dos, que a Eduardo Córdova no le iban a entregar nada porque no iba a ser partícipe del dinero que se obtenga del Arbitraje contra Telefónica. Dios sabe lo que hice con esa información. Lo que nunca supe hasta ahora era que yo - aparte de Mario Wu-  también estaba incluido.

Se trató pues de una acción premeditada, y ejecutada con mala intención y alevosía.

El dinero mal habido nunca dura y termina por podrirse en las entrañas de quienes lo mal usan sabiendo su procedencia.

Aunque Guillermo trata de inmiscuir a Mario Wu en su grupo de sátrapas y Mario, escrupuloso, mostrándose también tan sentido como agraviado, tajantemente se desmarca, lo cierto es que en este escenario no solo se ha hecho gala de una oscura y despreciable moral sino hasta incluso de un cinismo digno de de un premio actoral. Todos estamos lo suficientemente viejos para dejarnos engañar.

 Y así de viejos... aún no aprendemos a vivir en paz y armonía como nos enseñaran hace algunos años -a todos- en nuestro "Club"de Washington y Corpac. Me considero un hombre "justo y de buenas costumbres" no tengo penas ni temores y no hay espacio en mi alma para guardar rencores que corroen. Solo me sentaré en un banco en la puerta de mi casa, y estoy seguro que algún día, aún en vida, los veré pasar a cada uno de ustedes.

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