Marco Paredes
Gálvez **
LA HISTORIA
NEGRA DE UNA PRIVATIZACIÓN
I. LOS
CONQUISTADORES NO MONTABAN CABALLOS
La década del 90 puede muy bien
ser conocida como la década de las privatizaciones. Las principales empresas
estatales, otrora botín de los gobiernos de turno, pasaron a ser conducidas por
sus nuevos dueños, generalmente conocidas empresas transnacionales asociadas
con una mísera cuota de empresas nacionales. El objetivo era a todas luces
irrechazable: hacer de estas empresas entidades eficientes convirtiéndolas en
productivas herramientas del desarrollo; generando riqueza, trabajo, calidad en
sus productos, disminución de sus altos precios y tarifas y, fundamentalmente,
un alivio en la pesada carga económica del estado por las pérdidas que éstas
arrojaban. Todo esto dentro de un ambiente de economía de mercado y libre
competencia, en donde el estado intervenía tan solo como un regulador.
Sin embargo,
no todo fue como se pensó. La mayoría de las empresas privatizadas convergieron
en acciones exactamente contrarias a los objetivos. Se generó una riqueza que
pasó a alimentar las arcas de la banca extranjera ante la mirada cómplice de
aquellos que pensaron en reinversiones y mejoras laborales económicas. Se
despidieron a miles de trabajadores para sustituirlos por sub-empleados
agudizando el problema laboral a nivel nacional. Los precios y tarifas de los
productos o servicios de estas empresas subieron exponencialmente; y el estado,
de regulador se convirtió en simple observador al servicio de los grandes
capitales depredadores de nuestra riqueza interna.
¿Aumentó la
eficiencia de estas empresas privatizadas? . Relativamente sí, pero a un costo
social muy alto que terminó desprestigiando el concepto de privatización a tal
punto que en esos días, además de los esfuerzos del gobierno para reivindicar
este modelo, fuimos pasibles de una oleada publicitaria a manera de lavado
cerebral proveniente de las empresas privatizadas durante la dictadura. Estas
fueron empresas asociadas en una entidad
denominada ADEPSEP ( Asociación de Empresas de Servicios Públicos) dirigida por
un ex ministro de la dictadura en la cartera de Pesquería, Ludwig Meier,
inexplicablemente también ex-ministro en la misma cartera del régimen de
transición post-dictadura y alto ejecutivo -antes y después de ser ministro- de
la transnacional TELEFÓNICA DE ESPAÑA. Esta empresa es emblemática de una
privatización desarrollada a espaldas de los grandes intereses nacionales, en
beneficio único de una mafia gobernante coludida con el capital extranjero, que
ante un comportamiento cómplice del gobierno de turno no tuvo clemencia alguna
para lograr sus - hasta cierto punto explicables - propósitos de lucro sin
límites.
En efecto,
TELEFÓNICA DE ESPAÑA en 1994 tomó posesión de la ex Compañía Peruana de
Teléfonos S. A. ( CPT) y de la ex Empresa Nacional de Telecomunicaciones del
Perú S. A.( ENTEL). Todo esto después de un sonado concurso que tuvo su clímax
el 28 de febrero de 1994 en el auditorio del Banco de la Nación cuando se
superaron todos los records de expectativa de oferta por línea telefónica a
nivel internacional y donde superado el factor sorpresa, la alegría de muchos
se tornó en una desilusión galopante con los años. Telefónica de España accedió al control total de CPT y ENTEL ofertando la fabulosa suma de US $ 2,002 millones
de dólares; es decir, más del doble que su más cercano competidor. Los
auspiciosos cinco años de monopolio absoluto otorgados a TELEFÓNICA DE ESPAÑA
bajo el eufemismo de “concurrencia limitada “ y el ambiente político
post-autogolpe que se vivía en el país, no presagiaban nada bueno.
II. EL GRAN GOLPE
Si alguien creyó que con estos 2002 millones de dólares estaban regresando al
Perú parte del oro sustraído por los españoles durante la conquista y la
colonia, se equivocó de medio a medio. Por el contrario, esta compra era parte
de un golpe mayor .Sería el mejor negocio hecho por los españoles en territorio
peruano a lo largo de todo el período republicano, vale decir desde 1821 a la
fecha. El régimen de Fujimori actuó prestamente con sus corifeos de CPT y ENTEL
cuyas cabezas visibles se personificaban en Antonio Paúcar ( un contador y
mediano empresario de cierto éxito) Javier Tovar ( un desconocido abogado que
sabía solo que el teléfono era para hablar) y otros que, oscuros, actuaron
entre bambalinas. Estos -por imposición, por ignorancia o concertación-
entregaron a la telefónica española
tanto más que los cuartos de oro y plata pagados por el inca Atahualpa
para el célebre rescate que nunca cumplió el conquistador Pizarro.
Para cualquier mortal con dos dedos de frente
resultaba impensable que TELEFÓNICA haya invertido tan exorbitante suma –sin
referencia en los anales de las telecomunicaciones- si no tenía la seguridad de
recuperarla en el corto plazo, además de los otros 1,200 millones de dólares en
inversiones comprometidas, sin incluir, obviamente, las respectivas ganancias.
En una economía de mercado no hay quien invierta si
es que no tiene la seguridad del retorno de su dinero, incluyendo sus
ganancias, en un tiempo conveniente. Y no había otro lugar de donde sacar ese
dinero sino de los bolsillos de los usuarios del servicio telefónico... ¡y en
cinco años!, antes de que llegue la amenazante competencia a la cual el
Gobierno del Dictador les cerró las puertas con hierro fundido, convirtiendo al
Perú en un país paria para favorecer a sus antiguos conquistadores que ahora no
montaban caballos sino que blandían la aún mas degradante arma de la
confabulación cómplice, en un país que se arrastraba sobre la década más
corrupta de su historia. ¿Estaba el Doc. Montesinos en este grupo?
Tan pronto
como TELEFÓNICA ganó la subasta, a pesar de la sensación de júbilo que
estremeció a los funcionarios del gobierno, algunos -los honestos- dudaron que
la empresa española abone la suma pactada. TELEFÓNICA debía pagar 1,391
millones de dólares por el 35% de las acciones de ENTEL y por el 20% de las
acciones de CPT de propiedad del estado. Los restantes 611 millones de dólares
correspondían a la suscripción del 15% de nuevas acciones de esta última
empresa, para llegar al 35% negociado. Estos 611 millones debían ser dinero
fresco y directo. Sin embargo, todo indicaría que ese dinero nunca llegó a CPT
y menos al Perú.
III. UN GERENTE FINANCIERO "CESA"
"LOS CONTRATOS SECRETOS"
En la mañana
de un tímido otoño, el 16 de junio de 1994, se cuenta que un apacible y hasta
amigable, pero presuntamente astuto gerente de finanzas, además de
secretario-amanuense del todopoderoso y casi invisible Ex-Presidente y Director
en la vendida CPT – el contador Leoncio Andía Ramos- habría desviado el
habitual camino de su casa hacia sus oficinas situadas en la cuadra 11 de la
Avenida Arequipa, para dirigirse acompañado de una inesperada y vigilante
compañía, hacia las lujosas instalaciones del Hotel Las Américas convertido en
el cuartel general de los flamantes nuevos dueños de las telecomunicaciones
peruanas. No tuvo que esperar mucho tiempo. Sus dueños, los del hotel – y ahora
ya sabemos quiénes eran- habrían reservado la más lujosa suite para lo que
debía ser un acto memorable: la recepción de los 611 millones de dólares que le
correspondían a la CPT únicamente por la venta del 15% de nuevas
acciones..y...”su inmediata devolución". ¿Sabía Andía lo que iba a hacer?
En efecto, ese dinero jamás habría entrado al país,
pues mediante la operación de referencia # 940516-020359 fue depositado en el
Extenbank de Nueva York a las 11.55 de la mañana de ese mismo día de junio de
1994 para ser transferido a Lima e inmediatamente devuelto al mismo banco para,
apenas unas horas después, estar de regreso a España de la siguiente manera:
305 millones de dólares al banco ABN-AMR0 y 305.8 millones de dólares al Banco
Exterior de España. Nos imaginamos que los 200,000 dólares faltantes fueron a
cubrir los costos bancarios de la operación.
Andía en su
calidad de Gerente de Finanzas tenía los poderes suficientes para autorizar
estos movimientos desde un fax instalado en la confortable suite a donde se
dice fue conducido. La operación de depósito en el banco neoyorquino habría
sido concebida únicamente para que Fujimori -poco después- pomposamente y con
gran cobertura mediática, hiciera el anuncio de que el Perú había recibido el
dinero de la privatización: ¡Los primeros 600 millones de dólares! dijo,
ufanamente.
Dos meses después, el 31 de agosto de 1994, con
poco mas de 2 años de servicio, el señor Leoncio Andía era “cesado” en la
TELEFÓNICA algunos dicen que por ¿una
falta administrativa?. Lo cierto es que, hasta donde sabemos , el perjudicado
Sr. Andía fue liquidado mediante orden de pago No. 020508, con un monto
ascendente a la nada despreciable suma de 255,000 soles; mas de 100,000 dólares
en esa época. Obviamente que esa operación perjudicó a los accionistas
minoritarios y difundidos de la CPT.
Sin embargo
hubieron aún más cosas de escándalo elucubradas entre idas y vueltas a Palacio,
vía COPRI. Las formas para recuperar el dinero supuestamente invertido dieron
origen a “divertidas” ideas, para no llamarlas de otra forma más apropiada.
Aquí, en el paraíso de la corrupción y de los ciegos obligados, sin
testosterona alguna, todo era fácil y posible. Así: de acuerdo a un contrato y
con el visto bueno del Gobierno, TELEFÓNICA ( España ) le cobraba a Telefónica
( Perú ) por la “gestión” administrativa que esta última hacía en la empresa
que había comprado la primera, aunque ambas eran la misma cosa. Pero no se crea
que esto era poca cosa: Telefónica Perú debería remitir a Telefónica España por
este concepto nada menos que el 9% de la utilidad operativa antes de impuestos.
Mismo Colón cuando agasajaba a los Reyes Católicos con el oro encontrado en su
aventura hacia las Indias. Aún más: como en España se auto proclamaron líderes
de la tecnología mundial de las telecomunicaciones ¿ ?, entonces adicionalmente
TELEFÓNICA ( Perú ) debía transferir mensualmente a TELEFÓNICA (España ) nada
menos que el 1% de su facturación en virtud de un dizque contrato de
“transferencia tecnológica”. Es decir: ¡ Telefónica se pagaba a Telefónica
!. En el fondo esto no era más que otra estratagema para sacar impunemente
dinero limpio del Perú y “resarcirse” por cualquier vía de la “tremenda
inversión realizada”. Y estos contratos fueron tan secretos que ni siquiera a
los miembros del Directorio quisieron mostrárselos ( no a todos porsupuesto ),
dando tan solo cuenta de los mismos y reservándose su contenido. Ahora
entendemos porqué. Se estima que estos “contratos secretos" le han rendido
a Telefónica en estos últimos años mas de 1,000 millones de dólares; es decir
aproximadamente el 50% de su “tremenda inversión” y solo por esta vía. Vía
ilegal e intolerable cobrada por ¡administrar su propia empresa!. Más tarde o
más temprano, cuando llegue la hora de revisar los contratos con Telefónica, a
la hora de los destapes, estamos seguros que este aspecto se disparará como un
resorte apretadamente escondido en un cofre resguardado a la vista de intrusos.
IV. EL LEGADO DE VELASCO Y DE LA ITT
CPT: ¿EMPRESA ESTATAL O PRIVADA?
Lo curioso en medio de todo este panorama que hoy espectamos ya no tan silentemente,
es que, a fines de 1989, en las postrimerías del gobierno del ex Presidente
Alan García, cuando ya se había concretizado largamente -en la práctica- la privatización de la CPT es que este decide
actuar. Fue el engañoso legado de Velazco hecho realidad que bien pudo
concretarse en el gobierno de Belaunde o en cualquier momento del gobierno de
García Pérez. La acción encomendada por este último a los Ministros de
Transportes y Comunicaciones de ese entonces, Oswaldo Morán Márquez y Augusto
Valqui Malpica -con quienes me cupo la satisfacción de colaborar cercanamente-
consistió en devolverles a los auténticos propietarios el gobierno de esta
empresa usurpada hasta ese entonces por el estado. García Pérez demoró
demasiado en tomar una decisión que era trascendental y de justicia.
A inicios del gobierno militar de Juan Velasco
Alvarado,1968, en esa ola desorganizada de estatizaciones, el gobierno de facto
nacionalizó la CPT. Se procedió a la expropiación de las acciones de su propietaria:
la International Telephone and Telegraph Co. (ITT), transnacional de oscuros
recuerdos por su historial no muy limpio a nivel mundial, hoy en día
desaparecida de la industria de las telecomunicaciones.
Velasco, sin embargo, compensó muy bien a la ITT
por dicha expropiación. Además de otorgarles la franquicia -monopólica- para el
establecimiento de una fábrica: la Fabrica de Equipos de Telefonía S. A. (
FETSA) que más tarde se vería beneficiada con la asfixiante prohibición de las
importaciones en el sector; se puso en marcha un millonario contrato de
capacitación en telecomunicaciones (INTELPLAN) -que nadie controló- destinado
al entrenamiento de profesionales peruanos en las empresas subsidiarias de la
ITT en el mundo y se les adjudicó asimismo el terreno de la cárcel conocida
como "la Penitenciería" o “ El Panóptico” - frente al Palacio de
Justicia- para construir lo que es ahora el lujoso “Hotel Sheraton”.
Pero lo más sustancioso, la verdadera expropiación,
se verificó cuando el estado se agenció dinero del ex-Banco Industrial para
compensar con dinero contante y sonante a la ITT y obligó a todos los abonados
de una línea telefónica de CPT a devolver dicho préstamo mediante el pago
mensual de una cantidad fija que figuraba en sus recibos como “ cláusula 40 “
–algo que muy pocos entendían- , recibiendo a cambio un paquete de acciones que
este había expropiado a la ITT a nombre de ellos. Esta acción convirtió a CPT
automáticamente en una empresa PRIVADA de accionariado difundido, donde el
estado -por ser también abonado- ostentaba tan solo el 20% de las acciones de
la empresa. Obviamente, el pago que los abonados tenían que efectuar
religiosamente y en forma mensual a través de su recibo telefónico, no podía
ser para siempre.
Sin embargo, este pago tenía inicio pero no un
final programado, o por lo menos nadie se preocupó de llevar la cuenta de las
amortizaciones mensuales al Banco Industrial. El pago lo comenzaron a hacer los
abonados – antiguos y nuevos- desde 1970 y no paró sino hasta 20 años después,
marzo de 1990. En el ínterin todos los gobiernos de turno alegando la falacia
de moda en el sentido de que las Telecomunicaciones eran un sector
"estratégico" y de "seguridad nacional", se adueñaron
ilegalmente del 100% de la CPT cuando solo les correspondía el 20%. Y a los
abonados - los accionistas mayoritarios-
los redujeron a la condición de accionistas de segunda, ya que solo
tuvieron derecho al cobro de miserables dividendos anuales pero se les negaba
su acceso al gobierno de la empresa como legalmente les correspondía.
fue en 1989 que el gobierno de García -en sus
postrimerías- escuchando la voz de cientos de miles de agraviados liderados por
el Dr. Carlos Carrillo Smith, consideró que la retribución de los abonados al
estado ya estaba efectuada. Que el estado no tenía más el derecho de
usufructuar del gobierno y los beneficios de unas acciones que no eran suyas y
que por lo tanto el control de la CPT debía pasar a manos de sus legítimos
propietarios: los abonados, otorgándoles
a cada uno de ellos las acciones que le correspondían por los pagos efectuados.
Es decir, la CPT se ratificó como una empresa totalmente privada, con
accionariado difundido. La primera Junta General de Accionistas se celebró en
marzo de 1990 e inmediatamente después ejerció el primer Directorio en donde el
estado, de acuerdo a sus acciones, tenía tan solo 2 representantes de un
Directorio conformado por 10 miembros.
En Marzo de 1990 quedó pues claramente establecido
que: Desde 1970 CPT fue una empresa PRIVADA DE ACCIONARIADO DIFUNDIDO y que la
calificación de EMPRESA ESTATAL que por durante 20 años convirtió al estado en
amo y señor de las telecomunicaciones fue un acto ilegal, prepotente, abusivo e
interesado.
v. ¿PODIA UNA EMPRESA PRIVADA SER NUEVAMENTE PRIVATIZADA?
" ¡¡CPT SE VENDE, SI o SI !!"
Lo que sucedió a continuación de la ratificación y actuación de CPT como
empresa Privada de Accionariado Difundido, es quizás historia poco conocida.
¿Cómo una empresa privada de accionariado difundido podía ser nuevamente privatizada?.
Aquí aparecen dos personajes claves: el Abogado Jorge Tovar y el contador
Antonio Paucar Carvajal.
En 1990, la CPT ya en manos de sus auténticos propietarios, arremetió con
fuerza a un reflotamiento integral de la empresa. Lo primero que había que
hacer era un ajuste interno organizacional total; una reingeniería. Lo segundo
tenía que ver con la calidad del servicio y la búsqueda de los fondos
necesarios para conseguirlo, incluyendo nuevas estrategias para cubrir
necesidades del mercado interno. El razonamiento era muy simple: CPT nunca pudo
despegar en esos años porque la demanda superaba con creces la oferta de
líneas, las mismas que no podían ser ampliadas por falta de inversiones en el
sector; inversiones que eran difíciles de concretar por un manejo político,
totalmente demagógico -no técnico- de las tarifas. Había otro argumento falaz y
a todas luces descartable: "La CPT era una carga económica para el país y
no era un sujeto de crédito". Falso. Si tan solo nos fijáramos en la memoria
del año 1993 encontraríamos que solo en ese año CPT obtuvo un ingreso de 551
millones de soles. En ese período CPT transfirió al estado 197 millones de
soles por concepto de tributos, impuestos y retenciones, mereciendo ser
calificada como ¡UNA DE LAS DOS PRIMERAS EMPRESAS! que más aportaron al estado.
Sin embargo, ya a partir de julio de 1992, después
del impronunciable autogolpe del domingo 5 de Abril de ese año, las intenciones
del gobierno de turno comenzaron a revelarse. Nunca se evaluó el hecho de que
CPT fuese una empresa que jamás dio resultados en rojo y por lo tanto nunca
significó una carga para el estado. Nunca se sopesó el hecho que las tarifas
fijadas con criterio político y las contribuciones al estado, no le permitieron
jamás tener las utilidades suficientes para reinvertirlas en crecimientos y
mejoras. Siempre el estado ayudó con su garantía para el endeudamiento externo,
pero a partir de julio de 1990 esa garantía del estado simplemente fue negada.
La CPT de propiedad de los abonados se desesperó.
Trató de formar un sindicato de bancos que financiaran Proyectos de Expansión,
pero todas las puertas se le cerraron. Trató de recurrir a la Corporación
Andina de Fomento (CAF) en Venezuela, al Banco Interamericano de Desarrollo
(BID) en Washington, y a otras entidades financieras, pero siempre el resultado
era el mismo y las consecuencias las esperadas. Era evidente que la CPT sufría
un acorralamiento del régimen de Fujimori. Incluso, cuando trató de ponerse a
la vanguardia tecnológica para implementar su Proyecto de Telefonía Celular
-encarpetado desde 1987- el Ministerio de Transportes y Comunicaciones le negó
la licencia y –peor aún- le otorgó ese privilegio tecnológico de ser el segundo
país en Sur América de contar con Telefonía Celular, a una empresa tan
improvisada como desconocida: “ Telemovil” o “ Celular 2000” de propiedad del
inefable hombre de televisión Genaro Delgado Parker. Delgado y sus socios
explotaron el mercado de Telefonía celular por un año completo, sin
competencia, imponiendo precios exorbitantes a un sector desprevenido que
obviamente los podía pagar. En este período aparece claramente la figura del
Dr. Jorge Tovar como hombre de confianza del en ese entonces “delfín”
todopoderoso ministro, Jaime Yoshiyama. Más tarde, Tovar, junto con Paucar y
otro sujeto de apellido japonés, sería miembro del Directorio de la CPT en
representación del gobierno fujimorista para luego, cuando su concurso era
impostergable para los fines del dictador, pasar a ser presidente de la
poderosa Comisión de Privatización (COPRI)
Dentro de estos avatares, la nueva CPT de 1990-91
decidió convencer a cerca de 3000 trabajadores para acogerse al beneficio de
una renuncia voluntaria con incentivos. De esta manera se pretendía aliviar el
sobrepeso que significaba una planilla sobredimensionada gracias a una política
laboral de clientelaje político, empleada tanto en el régimen de Velazco
Alvarado y el de Fernando Belaúnde, como en el de Alan García. Para 1992 los
estándares de trabajadores por cada 1000 líneas telefónicas ya estaban en un
nivel aceptable y competitivo.
Con la velocidad impresa por la barbarie del 5 de
Abril de 1992, un buen día de ese mismo año los representantes del gobierno
dictatorial ante el Directorio de CPT convocaron a reunión a todos los miembros
del mismo. La Agenda tenía un solo punto : "Privatización (léase venta) de
la CPT". En dicha reunión el primer cuestionamiento de los convocados fue
: "¿ Se puede privatizar una empresa que ya es privada?".La respuesta
habría sido tajante e inmediata : "¡ La CPT se vende SI o SI !". Ni
siquiera se dio tiempo para que se sugiera que, si se trataba de vender, pues
que sea el estado el que venda el 20% del cual era propietario. Después vino el
silencio...y cada uno fue el dueño de sus propios temores, miedos, aciertos o
desaciertos. El asunto fue que la CPT terminó vendiéndose, conjuntamente con
ENTEL, mediante una Licitación Pública Internacional donde resultó ganadora
TELEFONICA DE ESPAÑA ofertando una cifra extremadamente extraña. Sucedió el 28
de Febrero de 1994.
Ya dueña de las telecomunicaciones del Perú,
TELEFONICA se cuidó -por un tiempo- de guardar las formas iniciales. Así por
ejemplo TELEFONICA se comprometió a respetar lo expresado por la Junta General
de Accionistas cuando esta determinó, en uno de los acuerdos para la
privatización, que la estabilidad de todos sus trabajadores tenía que ser
respetada por quienes adquirieran el control de la empresa, en razón a las
acciones de racionalización de personal ya concluidas, precisamente, por la
empresa privada que se estaba privatizando ( omítase el contrasentido). Sin
embargo, aquí reaparece otro protagonista. Como director representante del
gobierno de Fujimori -ante la CPT privatizada por García- aparece el contador
ayacuchano que se jactaba de ser amigo y compañero de carpeta del presidente
Fujimori. Se trataba nuevamente de Antonio Paúcar quien venía de ser Presidente
de ENTEL y que luego sería Presidente del Directorio de la CPT y más tarde aún,
asesor de la poderosa TELEFÓNICA y Ministro de Transportes y Comunicaciones.
Durante su presidencia se alteraron los acuerdos de la Junta General y se
permitió un feliz tránsito de la privatizada CPT a la otra
"privatizada" CPT que, conjuntamente con ENTEL-PERÚ, se convirtieron
en TELEFÓNICA. La alteración de los acuerdos de la Junta General de Accionistas
en materia laboral fue incluso materia de un proceso judicial entablado por el
Sindicato Único de Trabajadores de la
CPT, que fue ganado por ellos pero que no fue efectivo sino hasta la
intervención del Tribunal Constitucional quien ordenó la reposición de los
trabajadores despedidos por Telefónica, acto que ni siquiera por provenir de
esa majestad legal, TELEFONICA - rodeada todavía de los escuderos del
fujimontesinismo- se negó a acatar en su
totalidad.
En suma: Es así pues como un día de la década corrupta, todavía frescos los
ecos del Congreso clausurado, los minoritarios representantes del gobierno
fujimorista ante el Directorio de la CPT de los abonados, les dijeron al resto
de Directores, que CPT – aunque no era del estado- se tenía que vender “ sí o
sí “ conjuntamente con ENTEL. Y estos directores, dueños de sus miedos, de sus
intereses o simplemente de sus pragmatismos, se doblaron y aceptaron
facilitando así el ingreso a uno de los capítulos más negros en la historia de
las Telecomunicaciones del Perú. Capítulo aún no cerrado, pero que se ha
desarrollado en estos últimos años sobre los episodios más conocidos y sentidos
por la ciudadanía.
VI. ESPAÑA, APARTA DE MI ESTE CALIZ **
TELEFÓNICA
DE ESPAÑA - ya Telefónica del Perú- a partir de 1994 no solamente se dedicó a
despedir trabajadores , a pesar de que en el año previo el español “comisario”
Santillana, cada vez que venía al Perú se desgañitaba afirmando que TELEFÓNICA
jamás despediría un solo trabajador, a la par que veía la forma de sacar más
dinero vía aumento de tarifas o ejecución de contratos “secretos” de
transferencia de tecnología o de administración. TELEFÓNICA también se preocupó
que todos los proveedores de bienes y servicios fuesen de ascendencia española;
ya sea conocidas empresas de España u otras “recién” conocidas, fundadas
específicamente en el Perú para fines específicos en el Perú e incluso, se
decía, con el concurso de algunos miembros de su plana ejecutiva que,
gambeteando así, se procuraban beneficios adicionales con el asentimiento de la
impoluta TELEFONICA de España.
En CPT las áreas de mayor cantidad de mano de obra calificada y por lo tanto de
trabajadores, eran las áreas de Construcción de Planta Externa, Instalaciones
de líneas y Mantenimiento de líneas. Y fue ahí donde apuntó primero TELEFÓNICA.
En 1994 TELEFÓNICA celebró contratos con diversas empresas para la Instalación
y Mantenimiento de líneas de abonados. Todas eran Españolas excepto una que
estaba conformada por ex trabajadores de la CPT, a quienes se les dio un
caramelo para atenuar protestas y sentimientos de culpa por los despidos
masivos.
A fines del 2001 el panorama era prácticamente
igual. A pesar de que varias empresas españolas se retiraron del mercado una
vez que este fue exprimido tras los años de la “concurrencia limitada”(
TELEFONICA no podía tener competencia), en diciembre del 2001 algunos nombres
habían cambiado pero la proporción era exactamente la misma. De 6 empresas que
tenían contratos con TELEFÓNICA, incluyendo Telefonía Pública, 5 eran de origen
español y tan solo una era peruana, la misma empresa que comenzó en Diciembre
de 1994.
ABECOTEL, con su Gerente Alberto Ramírez (Español, C.E. 108492); DYCTEL, con su
Gerente General Jesús López (Español, C.E. N-105579); ITETE, con su Gerente
General Carlos Ayala (Español, Pasaporte 21436553a); RADIOTRONICA, con su
Gerente Juan Santos (Español, C.E. 86428); AMPER, con su Gerente Antonio Martos
( Español, C.E. 109381) y SERVICIOS PERUANOS S.A., con su Presidente Emilio
Cassina ( Peruano, DNI 08235039), eran las seis empresas privilegiadas por TELEFÓNICA,
tan solo en este campo.
Pero este privilegio revelaba en su distribución discriminada, la verdadera
actitud de TELEFÓNICA. Durante el año 2001, 7 años después de la privatización,
ABECOTEL facturaba a TELEFÓNICA 12.7 millones de soles ( 23%); DYCTEL, 8.5
millones de soles ( 15%); ITETE, 14.4 millones de soles ( 26%); RADIOTRONICA,
14.4 millones de soles ( 26%); AMPER, 3.9 millones de soles ( 7%) y SERVICIOS
PERUANOS, 0.8 millones de soles ( 1.5%).
Aún así, en estos días, TELEFÓNICA “agobiada” por las rebajas tarifarias que le
impone una real competencia dentro de un gobierno transparente y democrático;
temerosa de una justa reivindicación de los derechos laborales atropellados al
amparo de la dictadura, ya no necesita presentar un rostro peruano –aunque sea
minimizado- en sus filas. Al contrario, antes que se concrete lo que se viene,
habría que apurarse en tomar medidas para consolidar lo hasta el momento
logrado, y para eso hay que tomar cualquier herramienta que esté a la mano. No
importa que esa herramienta no haya sido probada lo suficientemente en el
mundo. El Perú a lo largo de su historia, en manos ibéricas, ha sido y sigue
siendo un conejillo de indias.
En España y Brasil se está experimentando con una nueva modalidad para la
operación del Plantel Exterior. Le llaman “Bucle de Cliente” y consiste en
otorgarle a una sola empresa una sub-concesión para toda un área, digamos un
Departamento o varios. Mediante esta operación la empresa en sub-concesión
tendría a su cargo todo el Plantel Exterior de la región que se le asigne.
Desde el distribuidor principal de las Centrales Telefónicas, pasando por toda
la red de cables aéreos o subterráneos; cables troncaleros, primarios o de
distribución; equipos de presurización, cámaras subterráneas, postes diversos,
redes de acometida... etc., hasta el equipo telefónico del abonado, incluyendo
la mesa de pruebas, los diversos equipos de transmisión con su infraestructura
( torres, casetas y otros) y el Servicio de Atención al público de Averías (
102); y sin contar las actividades de Planificación, Diseño, Construcción,
Instalación y Mantenimiento, propias de una administración integral. Es decir,
Telefónica “ cedería” un 95% de su responsabilidad en este campo clave en la
explotación de telefonía fija, a un grupo de “pequeñas” Telefónicas
supervisadas por la “mayor”, que seguiría en el negocio percibiendo una cuota
menor pero más rentable.
Las empresas beneficiadas con esta curiosa
modalidad de trabajar una concesión tendrían que ser, por supuesto, Españolas.
No hay cabida en los grandes negocios para las empresas del país, habría que
privilegiar las de la madre patria. Y curiosamente, mientras que el Ministro de
Industria declara “sentirse orgulloso porque de 30 empresas pesqueras en Paita,
una es peruana ( sic)”, a escasos metros de su Ministerio se estarían dando los
últimos toques para dejar de lado a la única empresa peruana nacida como fruto
directo de la denominada privatización en el sector de Telecomunicaciones. Y
entendemos que no precisamente por ser la más mala o la más inexperta.
La prisa por implementar en nuestro país esta experiencia, con problemas
incluso en la misma España, no es sin embargo un despropósito del grupo
dirigencial Español. El establecimiento de esta modalidad de explotación denominada
por ellos como “ Bucle de Clientes” obedece a una serie de razones encuadradas
dentro de la estrategia de la transnacional. Así :
Para el año 2001, TELEFÓNICA debía de haber cumplido con una cuota de
trabajadores despedidos que no pudo alcanzar. Sus planes sincronizados con los
de la dictadura pasada, fueron trastocados por un gobierno transitorio, seguido
de una democracia abierta a los reclamos laborales. El Bucle de Abonado es el
pretexto ideal para paliar estos resultados adversos.
El Contrato de Concesión firmado con el Gobierno Peruano, jurídicamente
elaborado a sus necesidades y demandas, no presentaría ningún impedimento legal
para, en la práctica, otorgar una mini concesión dentro de la concesión. Se
reducirían de esta forma costos, elevando utilidades, sobre la base de la
eliminación del costoso personal en planillas, que serían probablemente
absorbidos por las sub-concesionarias españolas, “a sueldos de mercado”. Y por
último, si esto no es exactamente así, la transnacional buscará siempre la manera de incrementar sus ganancias
burlando el interés de sus clientes y aprovechando las precariedades morales y
técnicas de un estado acomodaticio, para no pagar lo que debe pagarse al estado
por sus actividades económicas en el país.
El debate nacional sobre el ponderado rescate de
los derechos laborales está en su momento punta. Un retraso cualquiera sobre
una decisión de esa magnitud no sería aconsejable.
La implementación del “Bucle de Cliente”
significaría la transferencia a terceros de la administración del total del
Plantel Exterior telefónico. Esto debería implicar normalmente muchos meses
sino años, a la par que acuciosidad y extremas exigencias por parte de los
receptores de ese plantel, considerando que más del 50% de la Planta Externa tiene
más de 10 años de vida y que cerca del 25% tiene más de 20. Esto, en
determinados casos podría ser mortificante e inconveniente para las exigencias
de premura. Por lo tanto, habría que apurarse pero previendo la no existencia
de algún escollo incómodo que retrase los planes. Para eso nada mejor que
hacerlo con gente de la “madre patria”; amigos y tolerantes, que cierren los
ojos sin hacer estruendo, ante cualquier problema que se pueda arreglar en el camino.
Hasta hace poco y después de estos sucesos, probablemente contagiados por el
síndrome del Juez Garzón, TELEFÓNICA ha optado por lavarse la cara ante la
opinión pública. Para ello nada mejor que un peruano de alcurnia y prestigio.
Alfonso Bustamante fue el elegido poniéndolo a la cabeza del Directorio desde
donde reinaba pero no gobernaba. Sin embargo, su reputación como banquero y sus
fuertes lazos con el BVBA de España habrían podido resultar en un tiro por la
culata de imprevisibles consecuencias. Hoy en día la táctica de Telefónica
vuelve a cambiar y efectúa un enroque estratégico. El Presidente Peruano se
vuelve Español y acuden al Sr. Nadal para dialogar con nada menos que con el
Presidente de la República. Pasó la hora de Bustamente quien pasa a ser un mero
Director, para defender, desde un lugar más cómodo junto con los también
Directores Jorge Melo ( ex – Gerente General de OSIPTEL ) y Ludwig Meier ( ex
Ministro de Fujimori ), las ambiciones de Telefónica en los asuntos de la Renta
Básica, los minutos libres y el cobro por segundo.
Por otro lado el Gerente General Español se vuelve Peruano y echan mano al Sr.
Juan Revilla para cubrir las apariencias de una supuesta autoridad peruana.
Mientras tanto, el ex Gerente General español José Vela es acusado por la jueza
anticorrupción Magaly Báscones quien ordena el embargo de sus bienes y quien
extrañamente deja libre de toda sospecha y culpabilidad al ex Ministro de
Fujimori y Montesinos Sr. Antonio Paucar Carvajal, incluyendo a su secretaria y
mano derecha, también sometida a investigación. Paucar, ya con la nacionalidad
Norteamericana, desde las soleadas playas de Fort Lauderdale en Florida donde
reside, debe estar sonriente y saboreando su Piña Colada. Después de todo, él
debió haber sido el más astuto, el que más dinero y amistades tuvo o el más inocente.
Ni Montesinos le llegó al pié, a criterio de muchos que le conocieron.
Esta es apretadamente una crónica de lo que fue la
-así llamada- privatización de los servicios públicos de telecomunicaciones en
el Perú. Crónica donde todavía no se ha puesto el punto final, mientras que en
la Macro Región Sur los ciudadanos reclaman que el estado no abdique de su
obligación de función pública y que el Gobierno de turno saque experiencias del
pasado reciente y cumpla con su promesa de no privatizar las eficientes
empresas de servicios eléctricos. Se rechaza así ese concepto de moda, en donde
la economía del país parece estar en manos de cajeros y rematadores de activos
que nos pertenecen a todos.
Se trata finalmente de ejercer conocimiento, experiencia e imaginación, los
tres elementos básicos de la sabiduría, según Einstein. Porque privatización no
significa necesariamente la enajenación de una propiedad pública. Existen otras
modalidades que deberían considerarse con cierta dosis de sabiduría. Y sin ir
muy lejos, en el mismísimo caso Español -por ejemplo- la política de
privatización optó por mantener el estatus público de la titularidad,
organización y dirección, dejando solo la gestión total o parcial en manos del
sector privado, con óptimos resultados.
El contrato de Concesión que el gobierno de A.
Fujimori -con la supuesta "privatización" de CPT y ENTEL- otorgó a
TELEFONICA vence en el 2014, esperamos que sea un año donde esta transnacional
rinda un examen y donde hombres probos la certifiquen para bien del país.
Marco Paredes
Gálvez *
Lima, Marzo
del 2003
*El Ing. Marco Paredes, ingresó a
CPT en 1970. Se inició como Ingeniero de Tráfico para más tarde desempeñarse
como Gerente General Adjunto . Fundador y primer Gerente General de
CPT-CELULAR. Dejó CPT a fines de 1994 para trabajar en Naciones Unidas (ONU)
como Director de Proyectos y Experto Consultor de la UIT (Unión Internacional
de Telecomunicaciones). En el gobierno posterior a Fujimori fue asesor técnico
de la Comisión Investigadora del Congreso para las Interceptaciones Telefónicas
( "chuponeo" )
** Poema escrito por Cesar Vallejo
en 1937. Agrega...." ¿Batallas? ¡No! Pasiones... de
dolores de pueblos con esperanzas de hombres!... El mundo exclama: “¡Cosas de
españoles!” Y es verdad..."